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Hórreos


Los hórreos (lat. horreum) de Galicia son una de las construcciones populares más emblemáticas de nuestro país, reflejo de la arquitectura y la vida rural. Estas construcciones adjetivas, utilizadas para almacenar y secar gran de maíz, forman parte de nuestro paisaje y de nuestra identidad cultural. En Taboexa y en la comarca del Condado reciben mayoritariamente el nombre de canastros porque, en el pasado, tenían las paredes de la cámara hechas de mimbres o varas trenzadas. Dentro de la amplia diversidad de hórreos que se encuentran en Galicia, los de la comarca del Condado destacan por su tipología mixta, combinando piedra y madera, característica que refleja la adaptación del diseño a nuestras condiciones geográficas y climáticas y a la capacidad económica de sus promotores. Una parte menor de los canastros, los promovidos por las familias más adineradas, fueron levantados íntegramente en granito.

Hórreo de tres claros con reloj de sol en A Moreira

Símbolo de la arquitectura popular

De origen medieval, el canastro es un granero elevado sobre pies de granito que se utiliza para proteger las cogidas de la humedad y de los roedores. Los hórreos gallegos se distinguen por su cámara en forma de planta rectangular construida, mayormente, en piedra y madera. Es frecuente, además, que su coronación aparezca decorada con cruces, pináculos e incluso relojes de sol. En Galicia, la importancia cultural de los hórreos es tal que los construidos antes del año 1901 fueron declarados bienes de interés cultural (BIC), el máximo grado de protección que contempla la ley. Además, según normativa legal, los hórreos, junto con los cruceros, las cruces de muertos, las de término y los petos de ánimas forman parte del patrimonio etnológico de nuestro. La estructura de los canastros aparece siempre elevada sobre columnas, pies o pilares de piedra, algo que responde a la necesidad de aislar su cámara del suelo, evitando así la humedad y facilitando la circulación de aire para secar el cereal. Entre la cámara y los pies se sitúan los tornarratos, unas piedras planas o circulares pensadas para evitar el acceso de los roedores.

Partes de un hórreo

Una construcción identitaria

En nuestros días buena parte de los canastros ya no se usan para el almacenaje de grano. Su función actual responde a las necesidades prácticas de nuestro tiempo, sirviendo para guardar herramientas, aperos, etc. Las razones estéticas y ornamentales también explican la buena salud de estos bienes etnográficos, ya que los hórreos son valorados socialmente como una herencia cultural que engalana los campos particulares de las casas, algo del que sus propietarios se sienten orgullosos. Esta valoración tiene que ver también con la conservación de la identidad gallega y de la memoria familiar, todo un símbolo de la arquitectura que levantaron nuestros ancestros para guardar el pan.



Detalle del reloj de sol de un hórreo erguido en la Carrasqueira

Nuestra parroquia es rica en patrimonio arquitectónico rural, y en ella los hórreos ocupan un lugar destacado. Los canastros son especialmente abundantes en el ayuntamiento de As Neves y en las parroquias de O Condado, donde la tradición constructiva se mantuvo a lo largo de siglos, fundamentalmente desde la segunda mitad del s. XVIII hasta principios del s.XX. En las casas tradicionales las dimensiones habituales de estas construcciones adjetivas son de unos 3 metros de longitud por 1 m de anchura. La equidistancia entre los esteos y las cepas recibe el nombre de claro o pasavento, ofreciendo unas dimensiones variables, aunque el habitual es una separación entre 1,20 y 1,50 m.

Hórreo de la Casa dos Periquillos, en A Coutada

Dos tipologías

Hórreos de madera
Estos canastros suelen estar construidos íntegramente en madera de roble o castaño, un material muy apreciado por su durabilidad, resistencia a la humedad y flexibilidad. La estructura de los hórreos de madera incluye una cámara o piso #elevar sobre una solera de granito que sirve de apoyo a una serie de pies y tornarratos del mismo material que soportan el cuerpo principal. Los alzados costales de la cámara aparecen conformados por dovelas, una serie de tablas verticales que permiten la ventilación del interior. La cubierta, de teja plana o curva del país, es siempre a dos aguas para facilitar la evacuación de la lluvia. Esta tipología de canastros requiere un mantenimiento más costoso y frecuente que los de tipología mixta, de ahí que su número vaya en retroceso.

Hórreo de varas en un cuadro de Carlos Sobrino Buhigas (Concello de Pontevedra)

Hórreos mixtos
Uno de los aspectos más característicos de los canastros de Taboexa es su tipología mixta, que combina elementos de piedra en la base y en la estructura de la cámara con la madera, presente en las puertas, en el piso y en los alzados costales. Este diseño mixto, muy frecuente en nuestra comarca, representa una solución práctica y estética que fusiona la solidez de la piedra en el esqueleto del hórreo con la ligereza y flexibilidad de la madera en el cierre de la cámara. Esta combinación de materiales explica que esta tipología de canastros sea la mayoritaria nos nuestros días.