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Petroglifos


La principal estación de arte rupestre de Taboexa son los petroglifos de A Coutada, unos grabados que permiten ver temáticas distintos situados en la ladera occidental del monte de Sanomedio (694 m), con un amplio dominio visual sobre el valle del Tea y del Miño.

Es un espacio próximo al hábitat actual -los lugares de Millaxendo y A Coutada- que tuvo un uso variado y continuo desde lo paleolítico. Hoy en día está dedicado a plantaciones de venía, arbolado y pastoreo. Hasta el siglo XX, agricultura extensiva y aprovechamiento del agua del Regueiro da Hedreira para moler, lavar y regar. En la prehistoria reciente y en períodos históricos fueron usados como lugar para la representación gráfica con arte figurativa y abstracta.

Petroglifos de A Coutada

A Coutada I

(IEM - Xunta de Galicia)


Aquí encontramos figuras abstractas de tipo geométrico, coviñas y combinaciones circulares. También ídolos oculados y varias figuras antropomorfas y zoomorfas, fundamentalmente caballos.

Estos grabados datan de diferentes épocas, siendo los ídolos oculados y las figuras humanas los más antiguos, concretamente del período Neolítico (4.500-2.500 a.C). El resto de las figuras puede datarse en la Edad del Hierro (800 a.C - Año 0) e incluso en época histórica (desde el cambio de Era hasta la Edad Media).

Es un conjunto complejo por ser una tipología iconográfica no muy abundante e insuficientemente estudiada, con ciertos paralelos próximos en las mayores superficies grabadas de Galicia, localizadas muy cerca de aquí: O Esperón (Gargamala) y Pé de Mula (Sabaxáns), ambas en el ayuntamiento de Mondariz.


A Coutada II

(IEM - Xunta de Galicia)


Parece que hay varias manos que grabaron en esta roca, quizás una evidencia de momentos distintos, pero con una motivación iconográfica común, ya que en todas ellas aparece el ser humano utilizando el caballo para capturar y domesticar otros animales de esa misma especie. Una escena de caza de caballos que muestra el dominio del hombre y la mujer sobre el medio natural, lo que puede ser la prueba gráfica de una práctica cinegética importante para aquella comunidad.

Al lado del soporte principal encontramos una protuberancia más elevada de la piedra que fue empleada para grabar cuatro figuras de animales de manera esquemático. En ella podemos ver otro caballo grabado únicamente con los trazos esenciales: cola larga, ausencia de cornas y detalles anatómicos, etc. Al estar del lado de un panel con équidos, suponemos que también se trata de un caballo; de ser así, sería el mayor documentado en el noroeste de la Península lbérica hasta el momento.

Además de 25 caballos libres también podemos ver un jinete cabalgando sobre un équido domesticado, 4 antropomorfos más e incluso perros apoyando lo que podría ser una escena de caza. Los especialistas creen que esta escena podría datarse en la Edad del Hierro, esto es, en el tiempo en el que el castro de Altamira estuvo habitado por vez primera.


A Coutada III

(IEM - Xunta de Galicia)


Realizado en diferentes épocas, en este soporte conviven agrupaciones y alineaciones de coviñas, con figuras humanas esquematizadas y cruces de tipología cristiana que, posiblemente, fueron grabadas en época histórica. El soporte aparece alterado por trabajos de cantería tradicional, así como por diaclasas o fracturas naturales del afloramiento, que son cómo las arrugas en la piel del granito. Los individuos aquí representados se identifican con "orantes", un motivo característico de la pintura esquemática prehistórica del interior de la península y que también aparece en el Grupo I.



A Coutada II

¿Que son los petroglifos?

Son grabados rupestres realizados en la piedra durante la prehistoria, mayormente durante la Edad del Bronce (entre el III y el II milenio a.C.), y están considerados como la primera expresión artística de lo que hoy es Galicia. También hay grabados de época histórica que se hicieron durante la Edad Media, muchos de ellos insculturados sobre los mismos soportes que los motivos prehistóricos.

Los petroglifos presentan una iconografía y estilos diversos, lo que indica que las diferentes comunidades humanas que vivieron en Taboexa a lo largo del tiempo grabaron sobre las rocas durante siglos para que, en el futuro, conociéramos una parte de su vida.

Una parte de los petroglifos de A Coutada está formada por motivos figurativos naturalistas como figuras humanas o caballos que fueron grabados con la técnica estilística del vaciado del cuerpo. Aquellos artistas prehistóricos también utilizaron líneas simples y dobles para definir el perfil de las figuras. Los motivos geométricos y abstractos fueron realizados por medio de una única línea. En ambos casos, los autores grabaron sobre las rocas por medio de la técnica del piqueteado y abrasión, esto es, desgastando la superficie de la piedra-soporte utilizando piedras más duras.


A Coutada II

¿Por qué se hicieron?

Estos grabados son importantes porque nos permiten acercarnos la una sociedad prehistórica de la que aún desconocemos muchas cosas: como pensaban, cuál era su sistema de creencias, como cazaban, como se organizaban socialmente, etc.

Ignoramos la respuesta a una de las preguntas principales que estos grabados nos lanzan: ¿porque estas sociedades del pasado invertían en su realización tanto tiempo y esfuerzo? Los arqueólogos fueron quien de formular algunas hipótesis para dar respuesta a estos interrogantes: controlar zonas de paso, apropiarse del territorio, fijar puestos de vigilancia del ganado, e incluso utilizarlos como lugares para la realización de rituales y de observación astronómica.


Otros grabados

Los de A Coutada no son los únicos grabados que encontramos en Taboexa. En esta parroquia son conocidas otras estaciones de arte rupestre prehistórico, como los de O Coto Ribado, protagonizado por coviñas, círculos simples y concéntricos y un motivo serpentiforme de más de 2 metros de largo. Entre los petroglifos que están pendientes de ser estudiados se cuentan varios reticulados situados en el entorno del monte de Sanomedio.


Investigadores

Hay que destacar el trabajo de los investigadores Xoán Martínez Tamuxe, Alejandro M. Míguez Álvarez o Xosé Álvarez (Pepe Buraco) que, durante décadas, descubrieron y dieron a conocer muchas estaciones de arte rupestre en nuestra parroquia.