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Molinos


O Muíño do Brasileiroes el único ejemplar de Taboexa que presenta un aliviadero cubierto por un arco apuntado.

La tipología de molino más difundida en Taboexa es la del molino hidráulico de rueda motriz horizontal o rodicio. La característica principal de este ingenio radica en el sistema mecánico de rotación, basado en una rueda horizontal de hierro llamada rodicio o reducio. El exterior del rodicio cuenta con un número variable de paletas o penas contra las que bate el agua, dando lugar al movimiento rotatorio de un eje que acciona la muela, lo que permite convertir el grano en harina.

Hoy en día, Taboexa cuenta con 27 molinos situados en los arroyos de Caneiro, de la Sargenta, de Leiradiño, de Sanrela, de la Hedreira y de la Rubial

Interior del Molino del Armero, con alacena abierta en uno de los muros

La mayoría de estos molinos son de herederos, es decir, de titularidad y uso compartido.

Exterior do muíño do Armeiro

1901.Documento de reparto de horas de molienda en el Molino de la Presa de Agua.

Taboexa en 1753

En el censo del Catastro del Marqués de la Ensenada se afirma que la parroquia contaba con catorce “molinos harineros negros” de titularidad privada. De ellos, cuatro eran propiedad de religiosos. Según el tipo de cereal al que estuviese destinado el molino, la piedra de la muela variaba: los molinos de piedra negra (lat. niger, negro) o del país eran los empleados en la molienda de maíz, trigo, centeno y cebada.

La relación de molinos existentes en aquel tiempo era esta:
• Muíño de Tras da Igrexa: propiedad del cura párroco Pedro Estévez. Molía con agua de presa tres meses al año, lo que le ofrecía una renta de unos 40 reales de vellón.
• Muíño da Altamira: propiedad del presbítero Martín Rodríguez. Molía con agua de presa dos meses al año, lo que se traducía en unos ingresos de 30 reales.
• Muíño Vello: propiedad de la viuda Lucía Álvarez. Molía con agua de presa dos meses e ingresaba unos 30 reales al año.
• Muíño Mouro: propiedad de Bartholomé González Fortes. Molía con agua de presa dos meses, y su beneficio era de 30 reales anuales.
• Muíño do Mouro: propiedad de Antonio Rodríguez. Molía con agua de presa un mes al año, por lo que obtenía unos 15 reales.
• Muíño do Mouro: propiedad de Bartholomé Rodríguez Fortes. Molía con agua de presa un mes, y su beneficio era de 15 reales.
• Muíño na Rubial: propiedad de Cathalina Álvarez. Molía con agua de presa un mes al año, por lo que ingresaba unos 15 reales.
• Muíño no Buraco: propiedad de Estevan Ignacio, “vecino de la villa de Ribadavia”. Molía con agua corriente durante cuatro meses, obteniendo una renta de 50 reales al año.
• Muíño no Cubo: propiedad de Andrés Álvarez do Outeiriño. Molía con agua corriente cuatro meses al año, por lo que su beneficio era de 50 reales.
• Muíño na Aldea: propiedad de Domingo Álvarez. Molía con agua corriente tres meses, de ahí que obtuviese unos 40 reales anuales.
• Muíño na Aldea: propiedad del presbítero Joseph Álvarez Freiría. Molía con agua corriente tres meses, por lo que su beneficio era de 40 reales.
• Muíño na Aldea: propiedad de Juan Alonso. Molía con agua corriente dos meses, por lo que rendía unos 30 reales al año.
• Muíño na Aldea: propiedad de Pedro González. Molía con agua corriente dos meses al año, por lo que su beneficio era de 30 reales.
• Muíño na Poza Grande: propiedad del presbítero Manuel Álvarez. Molía con agua corriente un mes al año, por lo que obtenía unos 15 reales.



Teniendo en cuenta el sistema de captación y utilización del agua para mover el rodicio, en nuestra parroquia encontramos dos modelos de molinos hidráulicos claramente diferenciados:

Molinos de canal

Este es el modelo más habitual de los molinos hidráulicos. Su principal característica radica en el canal, por la que circula constantemente el agua que va a dar directamente al infierno donde está situado el rodicio.
El agua conducida por la levada desemboca en un canal de piedra, con un primero tramo casi horizontal y un segundo tramo con una empinada pendiente que se va estrechando progresivamente. De este modo el agua gana velocidad antes de batir en las aspas del rodicio, poniendo en movimiento todos los mecanismos del molino.
De sucesivo el agua sale fuera del infierno por la boca que hay en el muro opuesto al de entrada del agua, incorporándose a la corriente de agua primitivo. En muchas ocasiones el agua suministra a otro molino situado a continuación.
El molino de canal descubierto es una modalidad que precisa de una mayor aportación de agua y por eso en verano muchos de estos molinos dejaban de moler.

Cuentan con un caudal de agua corriente suficiente para mover el rodicio sin almacenarla previamente.


Molinos de cubo

Este modelo es el que se emplea en cursos de escaso caudal de agua, caso de la mayoría de los molinos de Taboexa. En ellos el cubo se sitúa al final de la llevada, como depósito de almacenamiento del agua de la que se hace uso cuando sea necesario. Por eso el emplazamiento de estos molinos tiene lugar en sitios con importantes desniveles del terreno, como acontece en O Mouro o en Os Píos.

Detalle de un molino con cubo cilíndrico en el Regueiro de Leiradiño

Cuando se quería poner el molino a andar se llenaba el cubo de agua. Esto permitía que el agua se liberara la presión a través de la biqueira, un conducto situado en la parte inferior, permitiendo así accionar el mecanismo de rotación. El cubo, hecho de piedra, suele diversas configuraciones y tamaños en función de la orografía del lugar y del caudal que se precise. En Taboexa los cubos más frecuentes son los trapezoidales y los cilíndricos. No poseen un caudal de agua corriente suficiente, de ahí que necesiten acumularla en un depósito.

Molino con cubo en forma de balsa en el Arroyo da Rubial.