logob


Lagares


Piedras de hacer vino
Los lagares rupestres son uno de los vestigios más fascinantes de la historia vitivinícola de Galicia, especialmente por su vínculo con la segunda Edad del Hierro (s. V a.C-año 0) y la romanización (s. I-s. V d.C). En el lugar del Coto do Mouro, en Taboexa, existen dos lagares rupestres vinculados al Castro de Altamira que permitían obtener mosto a través del pisado de uva. Estas antiguas prensas talladas en la roca son testimonios directos de la producción artesanal de vino en la antigüedad y permiten entrever la importancia que tuvo la cultura asociada la esta bebida alcohólica entre los habitantes de los castros romanizados y en el desarrollo económico y cultural de nuestro país.

Distribución de los lagares

La presencia de lagares rupestres en Galicia está concentrada en las zonas de mayor tradición vinatera. Las comarcas del Ribeiro, A Ribeira Sacra, Monterrei y Valdeorras son algunos de los enclaves donde se documentaron una mayor cantidad de estas antiguas estructuras de vinificación. La comarca del Condado también forma parte de la historia del vino en Galicia. Esta región, famosa en la actualidad por su vino albariño, alberga además de los lagares rupestres de Taboexa, otros pequeños lagares vinculados a castros y a monasterios altomedievales. Es el caso de los documentados en Queimadelos (Mondariz) o Guillade (Ponteareas). La orografía accidentada de la zona, con sus terrazas y pendientes muy soleadas, es ideal para el cultivo de la vid.

Partes de un lagar

Que son los lagares rupestres?

Los lagares rupestres son estructuras excavadas directamente en afloramientos graníticos naturales que eran utilizadas para el pisado de la uva y la obtención del mosto, paso fundamental en la producción de vino. Estas construcciones suelen encontrarse en lugares próximos a las viñas, en zonas donde las condiciones geográficas favorecen el cultivo de la vid, con frecuencia en lugares elevados donde las nieblas son escasas y en laderas con mucho sol. En Galicia, estos lagares tienen características distintivas que los diferencian de los que se encontraron en otras regiones de la península Ibérica y de Europa. Consiste en una o varias cavidades talladas en piedra, generalmente granítica, que incluyen una plataforma donde se colocaban las uvas para ser pisadas (el calcatorium) rodeado de un canal que conduce el líquido hasta una cavidad más pequeña (el lacus) para recoger el mosto que se obtenía del prensado.

Recreación del pisado de la uva en uno de los lagares del Coto do Mouro



Reconstrución ideal de una villa romana rústica

Un legado romano y altomedieval

La influencia romana en la viticultura de nuestra comarca no solo se evidencia en la existencia de estos lagares, sino también en la cultura vinícola que perduró a lo largo de los siglos. Tras la caída del Imperio Romano, muchas de las técnicas vitivinícolas introducidas por los romanos fueron mantenidas y adaptadas por las comunidades locales. El abandono de castros como el de Altamira trasladó la elaboración de vino a las villae rusticae o villas de campo, una residencia rural dedicada a la producción de productos agrícolas y ganaderos en la que también fijaba su residencia el propietario (el dominus) junto con su familia y criados. Durante la Edad Media la producción de vino continuó siendo una actividad esencial en la economía rural de Galicia y de la comarca del Condado, primeramente, en los pequeños conventos rurales altomedievales (Guillade, Albeos, Riofrío, Angoares, etc) y, más tarde, en los grandes monasterios (A Franqueira y Melón) jugando un papel fundamental en el cultivo de la vid y en la mejora de las técnicas vitivinícolas.


Detalle del mosaico de los pisadores de uva encontrado en la Casa del Anfiteatro de Mérida

Conclusiones

Los lagares rupestres de pisado son un vínculo directo con la historia de la romanización en Galicia y el legado que esta civilización dejó en la viticultura local. Estas arcaicas estructuras de vinificación, dispersas por el paisaje en el contorno de castros, villas romanas y monasterios altomedievales, revelan una tradición vinícola que perduró durante un milenio.

Los lagares del Coto do Mouro de Taboexa evidencian que las raíces de la elaboración del vino hay que buscarla en la Edad del Hierro y en la romanización, cuando la población vivía en castros o aldeas fortificadas como la de Altamira.

En la actualidad O Condado do Tea es una subzona de la DO Rías Baixas. Ocupa los ayuntamientos de la ladera derecha del río Miño: Salvaterra de Miño, Arbo, As Neves, Crecente, Ponteareas, Salceda de Caselas y una parte de Tui y Mos.